No nos engañemos el sistema privado de pensiones sólo garantiza mejores pensiones a los trabajadores de mayores ingresos. 

Los sistemas privados deben ser complementarios y el sistema público de pensiones debe ser obligatorio; de ese modo se incidirá en una mejor distribución del ingreso entre los peruanos que lleguen a los 65 años.  

El Sistema Privado de Pensiones se crea en 1993 en nuestro país como parte del proceso de reformas económicas que alentaron los organismos financieros internacionales. La legislación nacional recogió el modelo de capitalización individual que se estableció en Chile desde 1981 y significó la puesta en marcha de un sistema diseñado para beneficiar en especial a los trabajadores de mayores ingresos.

Los Sistemas de Pensiones Públicos fueron establecidos en América Latina como parte de un esfuerzo alentado por el Estado al que tanto trabajadores como empleadores contribuían en su financiamiento. A lo largo de varias décadas se fueron construyendo las bases de la seguridad social, en el campo de la salud y las pensiones, tanto en el Perú, como en la mayoría de los países de la región. Hoy, en la Unión Europea y en los EEUU siguen siendo hegemónicos los Sistemas Público de Pensiones.

La Constitución de 1979 reconoció y asignó rango constitucional al Instituto Peruano de Seguridad Social (IPSS). Durante los primeros años del gobierno de Fujimori, el hoy candidato a la Alcaldía de Lima Luis Castañeda Lossio, señalaba con ligereza y faltando a la verdad que el Sistema Nacional de Pensiones estaba quebrado. 

En su condición de Presidente Ejecutivo del IPSS alentó la creación de las AFP’s 

En su condición de Presidente Ejecutivo del IPSS alentó la creación de las AFP’s que luego de más de 20 años están demostrando graves limitaciones, generando gran frustración entre los afiliados de ingreso medios y bajos, que hoy están convencidos de que el SPP no garantiza per se pensiones más altas, que las que otorga el Sistema Público de Pensiones, administrado por la ONP. 

Estamos frente a un sistema privado, con cuentas individuales de capitalización individual que no siempre generan rentabilidad creciente y con una fuerte exposición a que sean frontalmente afectados por las crisis bursátiles o de los mercados de capitales - que de manera recurrente se han manifestado en los últimos 20 años en la economía internacional. La crisis del sudeste asiático en 1997, la del 2008 que afectó a la economía norteamericana o la reciente crisis de la zona euro - han reducido la rentabilidad y el volumen de los fondos de pensiones.

Nuestra economía hoy afectada por la desaceleración, luego de una etapa de expansión económica, se caracteriza por un mercado laboral con altos índices de informalidad y con ingresos por concepto de remuneraciones que han crecido con menor velocidad que las tasas de crecimiento de la economía.

La experiencia de Chile pone de manifiesto que el ahorro previsional administrado por las AFP’s - con más de 30 años de presencia en el mercado - es insuficiente y los pensionistas reciben como retribución al jubilarse pensiones por montos insuficientes que no cubren sus necesidades básicas. Por ello la actual administración de Bachelet insiste en la reforma del sistema privado con una creciente participación del Estado.

Es verdad que el sistema privado desarrolla los mercados de capitales, sin embargo la evidencia empírica demuestra que para impedir que los pensionistas al llegar a la edad jubilatoria desciendan en sus ingresos y formen parte de las estadísticas de pobreza, el Estado deberá apoyar financieramente.

No nos engañemos el sistema privado de pensiones sólo garantiza pensiones a los trabajadores de mayores ingresos. Los trabajadores independientes están conformados mayoritariamente por microempresarios, trabajadores informales y profesionales con ingresos irregulares cuya capacidad de ahorro es limitada e incierta. Por ello, la derogatoria de la obligatoriedad del aporte de los trabajadores independientes al sistema privado de pensiones o a la ONP, recientemente aprobada en el Congreso, resulta pertinente.